No hay nada más hermoso, que encontrar secretos en la historia de las firmas, es lo que me ha ocurrido con Mom’s Good. Inspirada en antiguos cinturones que pasaron de madres a hijas. Una historia que no sólo unió a dos completas desconocidas y convirtió en socias, sino que gracias a ella encontraron el amor, y hoy en día son cuñadas. Hablo de la historia de Susana y Begoña.
Foto: Mom’s Good“Con 30 años recién cumplidos y con perfiles profesionales que no tienen nada que ver con el mundo de la moda, decidimos embarcarnos en esta aventura del emprendimiento”, nos cuentan desde Mom’s Good. Y es que su aventura comenzó cuando llegaron a sus manos una reliquia que les dio sus madres, unos cinturones muy similares entre sí. Lo que nunca podrían llegar a pensar, es que fue el comienzo de una historia. “Ambas heredamos de nuestras madres unos cinturones muy similares, que usaban en los 90, con unos remaches con diseños muy bonitos en color oro y una piel de tal calidad que, pese al paso de los años, habían envejecido muy elegantemente y sin apenas resquebrajarse”, nos cuentan. Pues, cansadas de que ninguno que tenían durase con la misma calidad a excepción de los vintages de sus madres, quisieron crear algo muy similar y destacando por su diseño y artesanía.
Su nombre, es parte de su historia. Cuenta el origen de ese momento entre dos amigas que se encuentran, y comparten un mismo estilo de cinturón dando la coincidencia de que sus madres se lo habían prestado. “Mom’s Goods significa algo así como ‘cosas de mamá’, no sólo por los cinturones sino por aquellas prendas, joyas y accesorios que nuestras madres nos han ido regalando (o que hemos “cogido prestadas” y nunca devolvimos) de sus armarios, decidimos llamar así a nuestra marca, por el gran valor sentimental que tienen las mismas”.
De todo ello, destacan por sus detalles artesanales, únicos en cada modelo. Ellas mismas reconocen que, a pesar de encontrarse en un mercado muy competitivo por las grandes empresas, es su valor diferenciador sin duda. “Hemos preferido dar un enfoque más personal a los productos a través de las mejores materias primas, que harán que cada pieza mejore con el tiempo y adquiera personalidad”, nos cuentan. De esa personalización de sus productos nace su verdadero enfoque que huye del ‘fast fashion’ y se centra en el ‘quiet luxury’ con piezas que son el eje principal de unos armarios que nunca pasan de moda, por sus diseños elegantes y únicos, que convierten cada cinturón en una joya versátil que eleva y transforma cada look. “Nosotras dos somos las principales clientas de nuestra marca, el filtro por el cual deben pasar todos nuestros diseños consiste en que el resultado sea un cinturón que querríamos usar a diario, que nunca pase de moda y que perdure elegantemente en el tiempo”.
Como buenas clientas, saben lo que buscan, y un pilar fundamental para ellas es el material que se utiliza: “Las pieles que empleamos son 100% de origen español. Vamos personalmente a las curtidurías locales para seleccionar una a una las pieles de las que se elaboran nuestros cinturones, todas ellas de primera calidad y siempre asesoradas por los mejores expertos en esta preciada materia”, nos explican haciendo hincapié en su valor artesanal y con pequeños proveedores en los que confían trabajando la piel para su configuración final.
Susana y Begoña comenzaron con este proyecto hace poco más de un año, al que también se suman sus maridos, Antonio y Jorge aportando la parte más financiera, marketing y económica a la marca. Su emprendimiento lo afrontan con ilusión para poder aprender cada día y ser mejores en el sector que el día de ayer. “El motor que nos mueve es la ilusión de crear piezas únicas y eso hace que nos dediquemos en cuerpo y alma a la marca”.
