Hace unos días tuvo lugar en Mayfair, barrio de la Ciudad de Westminster, el desfile de presentación de la temporada Otoño/Invierno 2016-2017 de Moschino y decir que sorprendió seguramente es quedarse corto. Es una colección que amas u odias, no hay término medio.
Al verla por primera vez cuesta distinguir si estás ante una impresión en cartón o un modelo de verdad. Valiéndose de patrones muy bien cuidados y un aerógrafo, Jeremy Scott consiguió un efecto, animado e inanimado, increíble.
En esta colección no sabes donde acaban los pliegues de la ropa y empieza la pintura, cada detalle está pensado y cuidado al milímetro para conseguir ese efecto que recuerda a un dibujo y que incluso te hace dudar de si las corbatas son pintadas. Está organizada en varios bloques muy diferenciados con un único nexo común, el aerógrafo.
Telas de colores vivos, estampados, rayas o tartán son algunos de los elementos utilizados para confeccionarla. Trajes chaqueta, pantalones pitillo, abrigos, cazadoras, bombers… en ella encontrarás cualquier prenda que estés buscando.
Es una colección divertida y con mucho color en la que Jeremy Scott tampoco quiso olvidarse de los complementos, por lo que, trató botas, bolsos, mochilas y gafas del mismo modo que la ropa. Y como guinda del pastel, los modelos, con brochazos de pintura en el pelo y las orejas pintadas en algunas ocasiones, un toque final que la hace inolvidable.