Islas paradisíacas que han servido de escenario para películas

En estos días de confinamiento, no está de más soñar, imaginarse en un espacio abierto, completamente solo o rodeado de gente, como uno prefiera. Fantasear con la brisa del mar, con sus destellos azules y su transparencia cristalina. Las películas han representado este escapismo a la perfección, porque al fin y al cabo, el cine es la magia del imaginar. Escenarios paradisiacos como playas, islas, selvas…todos estos elementos te hacen sentir como en una ensoñación.

La isla de Phi Phi Leh situada en el sur de Tailandia fue un paraíso escondido hasta que se estrenó la famosa película de La playa de Danny Boyle. La película basada en una novela de Alex Garland y con Leonardo DiCaprio de protagonista fue todo un éxito. La historia se centraba en un mochilero que iba en busca de un lugar alejado de la civilización. La isla se convirtió en un paisaje famoso por sus aguas azules claras y su selva tropical.

Toda historia de tiburones alberga playas preciosas y mares ostentosos, la película Infierno Azul  no es una excepción. El film cuenta la historia de una surfista que queda atrapada en mitad del mar debido a la amenaza de un tiburón blanco.

La localización es espectacular, y a pesar de que la película diga que se sitúa en México, esto no es así, en realidad la isla se encuentra en el mar de Tasmania (cerca de Australia). La isla se llama Lord Owe Island y es prácticamente virgen. En palabras del documentalista David Attenborough “tan extraordinario que es casi increíble”. Además cuenta con especies únicas en el mundo.

“¡Wilson! ¡Wilson!…” gritaba Tom Hanks a su balón humano en Náufrago. El actor americano perdió muchos kilos para interpretar el tormento físico de su personaje. Aunque el drama nos hiciera llorar, los paisajes nos dejan obnubilados. La cinta se sitúa en una isla deshabitada llamada Monuriki en las islas Fiji. Es un islote volcánico y montañoso, además está rodeado de una barrera de coral: en otras palabras, un paraíso natural.

Aunque el blanco y negro no muestre toda la paleta de colores que puede tener una playa y el agua que la rodea, se puede imaginar uno esos tonos gracias al sonido de las olas, el graznido de las gaviotas o el viento tropical. De aquí a la eternidad es un clásico de la cinematografía y su escena en la playa un alarde para todo aquel que le guste el cine. La secuencia rodada en un paraíso como Hawái solo hace ponernos los dientes largos ante tal belleza.

Terminar con una de las series más famosas de la historia de la televisión, Perdidos. Esta gran serie creada por J. J. Abrams y Damon Lindelof narra los quehaceres de un grupo de personas supervivientes de un accidente aéreo en una playa en mitad del océano. La localización se sitúa también en Hawái, concretamente en la isla de Oahu. Todo un orgasmo de colores vivos.

Hasta aquí los paraísos naturales, solo nos queda la imaginación para tele transportarnos a esos lugares o añadirlos en la lista de destinos pendientes, para poder ir cuando todo esto acabe o cuando nuestra economía nos lo permita.