Tras el estreno de la última temporada de ‘Bienvenidos a Edén‘ en Netflix, hemos hablado con Dariam Coco, Eva en la serie. Una actriz canaria con un talento arrollador que nos ha llevado a conocer más de su talento por un viaje entre las emociones y la sensibilidad de la actriz. Esto es lo que nos ha contado la canaria tras su éxito en la serie de éxito.
¿Cómo son las primeras reacciones al visionado de ‘Bienvenidos a Edén’?
Yo estaba de los nervios, porque claro, tu tienes una percepción del trabajo y de lo que has hecho y luego, el resultado lo ves y puede ser otra cosa. Pero, finalmente, lo vi y el resultado fue súper divertido, estábamos todos ahí con ganas de verlo. La primera vez que lo vi, fue muy positivo. Quedamos todo el elenco y nos lo pasamos genial.
¿Como ha sido trabajar con Carlos Torres en esta segunda temporada?
Trabajar con una persona que a nivel internacional mueve tanto, siempre tiene su punto de alucinante. Supongo que de alguna manera es característico, pero nosotros lo vivimos de una manera muy natural, somos compañeros todos. También nos pasó con Belinda, que es muy conocida y después la conoces y es una chica maravillosa, generosa, una persona muy normal y corriente. En el rodaje todo se normaliza. Pero, para mi, fue una suerte rodar con Carlos Torres, porque es una persona que aporta mucho a la hora de actuar.
¿Te ha afectado a ti personalmente la repercusión y la exposición de la serie?
Por ahora no, por ahora no he sentido un cambio muy grande. La serie está yendo bien, pero no me ha cambiado la vida, como quien dice. Sigo siendo la misma persona de siempre. Mi vida es a veces divertida y a veces aburrida, no me afectado porque no siento que haya cambiado nada en mi vida.
¿Cuántas veces te han parado por la calle?
Pues creo que una vez, bueno no, dos. Una vez fue por el personaje de Inés en ‘La Otra Mirada’ y luego se han confundido mucho y me han felicitado mucho por mi personaje en ‘Vis a Vis’ pensando que era Berta Vázquez. No me han parado mucho, se podría decir. Con el tema de los seguidores me pasa que soy una persona que me evado mucho de eso y es algo que llevo con mucha naturalidad.
¿Buscaste protagonizar una serie en Netflix?
Para nada, si volviese atrás y se lo cuento a la Dariam de hace unos años, no se lo creería. Yo siempre he sido una persona muy introvertida y tímida. No me hubiese sentido, nunca, capaz de protagonizar una serie y de acogerlo bien. Nunca lo busqué, fue algo que llegó, me costó aceptarlo, lo acepté y me decanté por dedicarme a ello. Es algo que he mirado con mucha perspectiva.
Hay que hacer lo que vaya consigo mismo y ellos consideren correcto para llegar a donde quieren. En esta industria, hay muchas maneras de llegar y todas me parecen válida. En mi caso, nunca lo pensé y llegó. A veces te empeñas en estar en un sitio, porque piensas que tienes que estar y después descubres que no era el sitio donde tenías que estar.
Después de dos temporadas de ‘Bienvenidos a Edén’, ¿te apetece seguir haciendo ficción?
Sí. El personaje de Eva en esta temporada crece y poco a poco lo he ido construyendo. Sí, creo que alguna temporada más, a mi como actriz, me gustaría que se diese un poquito más.
Pero ¿qué te apetece a partir de ahora?
Pues mira, todo. Me apetece todo. Me apetece probar. Me apetece hacer algún producto más personal. Tengo muchas ganas de hacer cine y de volver al teatro, que me sentí muy bien cuando lo hice. Me apetece probar un registro diferente, de repente, romper con comedia, por ejemplo.
Ser mujer racializada en España, ser actriz y que solo te ofrezcan papeles para mujeres negras, ¿cómo se lleva?
Es algo que creo que la mayoría de las cosas que tienen que ver con el racismo, es algo que te provoca mucha frustración, porque al final a ti te gusta hacer algo en lo que no te están teniendo en cuenta, más allá del estereotipo. Es bastante frustrante, sinceramente. Aunque yo hablo desde el privilegio de que soy negra, pero tengo la piel clara. De momento, mi experiencia no la misma que la de las actrices negras de piel oscura que tienen menos oportunidades todavía, que yo.
