Si eres amante de la literatura y del séptimo arte seguro que alguna vez has esperado con ganas y grandes expectativas las adaptaciones de tus libros favoritos a la gran pantalla. Y si, esta fórmula suele funcionar en Hollywood; tenemos grandes títulos que lo demuestran: Harry Potter, El Padrino, El Señor de los anillos, La lista de Schindler, Tiburón… la lista sigue y sigue. Desde los inicios de la historia del cine, la literatura ha sido una de sus mayores fuentes de inspiración.
Para gustos, colores y en el mundillo de las adaptaciones hay distintas opiniones. Que si una adaptación tiene que seguir a la novela punto por punto, que si sólo se busca inspiración, que si el director decide darle la vuelta a la historia y tomar otros caminos… Pueden pasar tres cosas con estas películas: que la adaptación sea considerada buena, que no sea muy fiel a la historia original pero la película no este mal o que sea un rotundo error. Para despedirnos del Mes del Libro os traemos una lista de diez libros adaptados que, bueno, después de verlos en la gran pantalla hubiese sido mejor que se quedaran sólo en su formato en papel.
Comenzamos la lista con un gran ejemplo de que hay veces que la adaptación al cine no le hace justicia a la historia. Y es que estas novelas de Rick Jordan, traducidas a más de 30 idiomas y con más de 45 millones de ejemplares vendidos, lo tenían todo para ser un éxito en el cine. Público juvenil, varios libros, mitología griega y un niño de once años que descubre que no es un chico newyorkino cualquiera, sino que es un semidios.
Lo que a la larga podía haber sido una franquicia de varias películas de acción y aventuras viendo crecer al joven Percy (al estilo Harry Potter), terminó en dos comedias románticas adolescentes más, cuyos guiones se alejaron mucho de los libros. Quisieron adelantar las tramas más adolescentes al principio y eso es algo que no gustó a los lectores.
Eragon fue, en su tiempo, una de las películas más esperadas del año. Las altas expectativas del público y su idea de batir todos los récords de taquilla cayeron en picado cuando resultó que el largometraje fue todo un despropósito. La adaptación es liosa y previsible, acabando con todas las esperanzas de adaptar la saga en cuatro películas. Es más, llegó incluso a afectar la venta de ejemplares de los libros. ¡Pobre Eragon y pobre su autor Christopher Paolini!
The Giver representa a ese tipo de libro cuya adaptación a la gran pantalla no consigue captar la esencia que lo hace especial. La trama cuenta con una premisa impresionante y una historia que traslada los grandes argumentos de libros como 1984 o Un Mundo Feliz a un público joven-adulto. Pero la película no lo supo aprovechar. Expresa ideas interesantes pero no consigue llegar a ningún punto con ellas y el final es muy apresurado. Parece que los creadores estaban más interesados en acabar cuanto antes la cinta que en darle un sentido al film.
Ahora viene el ejemplo de que es mejor no forzar las cosas. Las películas del Señor de los anillos están consideradas como las mejores adaptaciones de la historia, pero en la siguiente trilogía, Peter Jackson patinó, y mucho. Sí, estamos hablando de las películas de El Hobbit. De una novela de 300 páginas se sacó de la manga 3 películas, y de las largas. La primera entrega, de nada menos que 3 horas, es sólo la adaptación de ¡los seis primeros capítulos!
No me malinterpretéis las películas en si no están mal. Aunque, claramente, la intención de Hollywood con estas adaptaciones no era el disfrute de los fans. Más bien era el explotar al máximo Tolkien en formato peli.
La adaptación del primer libro del universo de Cassandra Clare es un completo despropósito. Se estrenó en la época del boom de las adaptaciones juveniles, pero ni los fans consiguieron salvar el fracaso en taquilla de la entrega. La película no le hace justicia a esta novela llena de acción, romance y seres fantásticos y mitológicos. Adelanta elementos de los siguientes libros haciendo grandes spoilers, no es nada precisa… Además, seamos sinceros, la película roza el aburrimiento.
Pero la saga fue creciendo en libros y en fans y las productoras volvieron a fijarse en estos shadowhunters, así que hicieron la adaptación en formato serie. Si os interesa, ¡está en Netflix!
Los exitosos libros de Dan Brown, y en especial el archiconocido Código da Vinci, se caracterizan por ser historias llenas de acción y suspense donde la trama siempre te mantiene con la tensión en el cuerpo. Pero, ¿qué ocurre cuando quieres abarcar todos los detalles y te pasas de tiempo al hacer la adaptación? Que tienes que empezar a cortar por donde puedas para reducir los minutos de película. Y en esta adaptación, esa fue su perdición. Ni los propios seguidores del profesor Langdon que ya conocían la historia consiguieron llegar a algo en claro con la película. Y todo hay que decirlo, el final es muy decepcionante.
Parece que el mundo del cine se la tiene tomada a Dan Brown. Si antes decíamos que el final de la película del Código Da Vinci es malo, el de Ángeles y Demonios es peor. El que haya visto la película sin haberse leído el libro igual piensa que esta afirmación es exagerada. Pero, sabiendo cual es el trágico final de los personajes en formato papel, lo que ocurre en la adaptación está demasiado dulcificado.
La adaptación cinematográfica de la Saga Crepúsculo (la cual también podría incluirse en esta lista, pero lo dejamos para otra ocasión) marcó un antes y un después en Hollywood. Desde entonces, las productoras norteamericanas se fijan en todos los libros juveniles publicados para intentar seguir con el tirón de adaptaciones, pero esta fórmula tan lucrativa no se cumple en todos los casos.
Las dieciséis lunas es una saga de libros adolescentes cuya historia resulta muy parecida a la Stephenie Meyer. En vez de romance entre humana y vampiro, es un romance entre humano y bruja. La adaptación del primer libro, Hermosas Criaturas, explota demasiado estas similitudes sin aportar nada nuevo a la industria del cine. La idea de nueva franquicia se quedó sólo en una película (algo larga) pero que al menos cuenta con un final que cierra bastante la historia.
La Brújula Dorada es la adaptación de Luces del norte, la primera parte de la saga La Materia Oscura escrita por Phillip Pullman. Los libros tuvieron muchísimo éxito a finales de los noventa y podrían haber sido todo un éxito como franquicia en la gran pantalla. Pero la inexperiencia de su director y guionista, Chris Weitz, marcó su fracaso. Su escasa calidad artística y, sobre todo, como convirtió una historia compleja en una trama demasiado infantil, destrozaron el sueño de ser el siguiente gran éxito de literatura fantástica del estudio New Lines Cinema. Las expectativas estaban por las nubes y no es para menos. Acababan de terminar las adaptaciones de El Señor de los Anillos.
Acabamos este repaso con los fracasos más recientes. La historia de Divergente se divide en tres libros y en tres adaptaciones que no tuvieron el éxito entre el público juvenil que los productores esperaban. La primera, Divergente (2014) no cumplió con las expectativas que se tenía de ella en taquilla, pero fue una adaptación aceptable. Con Insurgente (2015), el segundo libro, todo empezó a ir cuesta abajo. Esta adaptación se alejó demasiado del rumbo que ideó Verónica Roth, algo que no terminó de gustar al público. Por último fue el turno de Leal, libro con el que intentaron hacer dos películas para mantener el hype siguiendo la misma estrategia que Harry Potter o Los Juegos del Hambre. Leal parte 1 (2016) fue un rotundo fracaso y la segunda parte fue cancelada.
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