Mayte Zaldívar ha decidido hablar abiertamente sobre uno de los capítulos más delicados de su vida: su paso por prisión y su relación con el que fue su marido, Julián Muñoz, fallecido el pasado 24 de septiembre. Lo ha hecho en el plató de Y ahora Sonsoles, donde se ha mostrado más sincera y serena que nunca, abordando sin rodeos tanto su experiencia personal como los aspectos más controvertidos de su historia con el ex alcalde de Marbella.
Zaldívar ha recordado con emoción los últimos años de vida de Julián Muñoz, asegurando que estuvo a su lado hasta el final. “Los dos últimos años de su vida se aferró a ella, estábamos todos y me tenía a mí”, confesaba, visiblemente emocionada. Sobre su decisión de volver a casarse con él antes de su muerte, explicó que fue una iniciativa de Julián que ella aceptó por compasión y perdón: “Él tenía muchas ganas de hacerlo, yo le daba largas. Yo sigo con Fernando, no cambió nada para mí”.
Lejos de alimentar el morbo, Mayte ha querido dejar claro que ya ha cerrado esa etapa de su vida. “Dije por qué no, por qué se va a morir con esa pena. Ya pasó todo, hay que perdonar y yo cuando perdono, olvido”, aseguró, añadiendo que prefirió mirar hacia adelante: “Olvidé todo lo malo que hizo, en aquel momento el culpable fue él, no hay que darle vueltas a nada”.
Uno de los momentos más duros de la entrevista fue cuando recordó el día que ingresó en prisión, calificándolo como “muy amargo”. “Estuve todo el día con mi familia, esperamos hasta última hora, pensábamos que habría menos prensa”, relató con tristeza, recordando también el dolor de sus hijas. “Lo único que dije es que del cementerio no se salía, pero de ahí sí”, afirmó, en referencia a la cárcel, donde también vivió momentos de miedo e incertidumbre: “La primera noche me metieron con una presa holandesa que no hablaba español. Me pasé toda la noche en un rincón de la cama, tenía miedo”.
A pesar del sufrimiento, Zaldívar cree que esa experiencia le dejó lecciones de vida. “La cárcel me enseñó cosas malas, pero también algunas cosas buenas”, reflexionó, dejando en el aire que algún día se conocerá su versión completa: “Algún día se sabrá la verdad de todo esto”.
En la entrevista, también hubo espacio para hablar de Isabel Pantoja, con quien Julián mantuvo una mediática relación. Sin esconder su malestar, Zaldívar fue tajante: “Me molestaba mucho que ella fuera por los mismos sitios a los que yo iba en Marbella. Además, ella le dijo a todos los amigos: conmigo o con ella”. Aunque ha perdonado a Julián, no oculta su resentimiento hacia la tonadillera: “Yo la he culpado a ella de meterse en mi casa”.
Sobre los temas económicos y la supuesta herencia de Julián Muñoz, Zaldívar fue clara: ha renunciado legalmente a cualquier derecho. “He renunciado a la herencia ante notario, no quería saber nada. Él ha tenido muchos temas económicos y si hay algo, no es mío”.
Antes de despedirse, lanzó un mensaje cargado de intención dirigido a Isabel Pantoja: “Tenemos lo mejor que se puede tener, el cariño y el amor de mis hijos, que no todas las madres pueden decir lo mismo. Yo no canto, pero hablo”. Con estas palabras, Mayte Zaldívar cierra —al menos públicamente— uno de los capítulos más turbulentos de su vida, reivindicando su derecho a pasar página y a hablar con libertad, desde el respeto y el dolor superado.