¿Cuál será el futuro del coworking después de 2020?

La Covid-19 ha llegado modificando todas las formas de trabajo que teníamos hasta ahora. Antes de la pandemia el teletrabajo era una opción que, según datos del INE, tan solo el 4,8 de la población española trabajaba en casa en 2019. Sin embargo, el coronavirus llegó en marzo agitando de forma brusca nuestra realidad e imponiendo un modelo de trabajo basado de forma íntegra en la digitalización. Y esto, ¿dónde deja al coworking?

El coworking es una forma de trabajo en la que profesionales de diferentes sectores o pequeñas empresas independientes trabajan dentro de un mismo espacio físico. Si algo nos ha enseñado el confinamiento son las dificultades de compaginar el horario laboral dentro de la vivienda familiar. Todos tenemos grabados en nuestras retinas momentos anecdóticos de hijos pequeños que se colaban en reuniones importantes de altos dirigentes. Y aunque estos lapsus resultan divertidos, de forma extendida pueden llegar a resultar problemáticos para el correcto desarrollo del trabajo profesional. Por ello, el coworking supone la mejor idea para poder separar trabajo y familia. Además, permite establecer un entorno de trabajo cómodo y con horarios fijos.

Asimismo, el coronavirus ha empobrecido a muchas empresas que se han visto obligadas a entrar en ERTE. Por ello, la idea que establece el coworking es ideal para abaratar costes, ya que se comparte un mismo espacio de trabajo y resulta mucho más barato que el alquiler de un local. Por otra parte, para los autónomos crea un entorno en el que poder forjar relaciones con otros profesionales. Según la compañía Andreu World, para finales de este año se habrán creado más de veintiséis mil espacios de coworking en todo el mundo. Por ello avisamos: ¡el coworking es el futuro!

¿Y qué pasos se deben cumplir para crear un buen entorno dentro de un espacio de coworking? Según un artículo de la comunidad coworking, hay varios pasos que se deben seguir para que el entorno sea agradable y cumpla los propósitos deseados. En primer lugar, tiene que existir el respeto por parte de los profesionales, ya que están obligados a convivir en el horario laboral. Asimismo, aunque cada uno tenga su propio espacio de trabajo, deben existir zonas comunes que permitan la conexión entre los coworkers. Debe existir también una libertad de acceso al espacio y una continua evolución y rapidez a la hora de proponer y efectuar mejoras. Por otra parte, debe existir la figura de un gestor que haga de nexo de unión entre los profesionales, así como para fomentar las iniciativas que aporten dinamismo al coworking.