Óscar Casas se convierte en el protagonista absoluto del número de julio/agosto de Men’s Health, una de las cabeceras de estilo de vida masculino más influyentes del país. Con una sesión fotográfica impecable y una entrevista que deja al descubierto su lado más personal, el actor inaugura el verano con un mensaje claro: está en un momento profesional y personal especialmente dulce, y tiene claro qué quiere y, sobre todo, cómo quiere conseguirlo.
Han pasado catorce años desde que un miembro de la familia Casas se coló por última vez en la portada de la revista. Fue en 2011, y entonces era Mario Casas quien posaba para Men’s Health. Ahora es su hermano pequeño quien recoge el testigo y, entre bromas, reconoce que incluso lo ha superado: “¿Hay cierta mejora, no? Sí, yo creo que hay un poco de mejora. Parte de la responsabilidad es de nuestros padres, la verdad, que nos han dado una buena genética [risas], aunque es verdad que luego nosotros nos lo trabajamos bastante. Pero vamos, que yo creo que con esta portada hemos superado con creces la de Mario”.
La entrevista, publicada en el nuevo número ya disponible en quioscos, va mucho más allá del físico. Óscar habla de su familia, de su forma de entender el trabajo y del papel que ha jugado su hermano mayor en su trayectoria como actor. “Mario, para mí, es de los mejores actores de este país y de parte del mundo”, reconoce con sinceridad. “Tengo la suerte de poder aprender mucho de él y de tenerlo como maestro y mentor”. Y es que, más allá de la admiración profesional, lo que une a los Casas es una relación familiar muy sólida que ha sido fundamental en el crecimiento de todos sus miembros.
“Sin duda”, dice el actor cuando le preguntan si su entorno ha sido clave para mantenerse con los pies en el suelo. “Y una madre que es muy madre, que está muy presente en la educación de sus hijos, y un hermano que ha pasado por caminos por los que yo estoy pasando ahora, y que me avisa cuando ve que voy a vivir situaciones que puedo evitar o que puedo hacer que me hieran menos. Y eso es tener mucha suerte. Soy consciente”.
La entrevista también revela una faceta muy reflexiva del intérprete, especialmente cuando habla de su relación con las redes sociales. En un momento en el que la exposición pública está más presente que nunca, Óscar confiesa haber tomado distancia: “Hace como dos años que no tengo Instagram en el móvil. Eso me ayuda a estar desconectado de la que creo que es la droga más dura que existe”.
En lo profesional, Casas no para. Tras su participación en El gran salto, sigue inmerso en proyectos que combinan acción y emoción, como Ídolos, la nueva película que protagoniza junto a su pareja, la cantante Ana Mena. Sobre el rodaje, Óscar solo tiene palabras positivas: “Me ha dado muchas alegrías en todos los aspectos”. En ella interpreta a un piloto de MotoGP, y la producción ha tenido acceso privilegiado al campeonato del mundo, permitiéndoles grabar en plena competición, rodeados de pilotos reales y situaciones auténticas. “Tengo muchísimas ganas de que la gente vea Ídolos, porque creo que es una muy buena película”, asegura. “De momento puedo contar poco, pero creo que es una película que la gente va a disfrutar muchísimo”.
Óscar Casas encara así un verano de grandes retos y oportunidades, tanto en lo personal como en lo profesional. Con los pies firmemente anclados en el suelo, la mirada puesta en el futuro y una familia que funciona como su mayor red de apoyo, el actor demuestra que está más preparado que nunca para seguir dando pasos firmes en su carrera.