Los galardones de Dolor y Gloria ¿merecidos?

Almodóvar a sus setenta años de edad sigue haciendo un cine personal y respetuoso respecto a su propio estilo. En estas últimas semanas Dolor y Gloria se ha convertido en uno de las cintas más reivindicables del año. Hace apenas unos días, Antonio Banderas, que interpreta el papel del protagonista, se hizo con el premio a mejor actor en los galardones del cine europeo. Reciente es la inclusión de la película en los tops que realizan cada año las prestigiosas revistas norteamericanas como es la National Board of Review y también por la asociación de críticos de Nueva York y de Los Ángeles.

A este paso la película del director manchego se convertirá en una de sus más premiadas y laureadas en toda su filmografía. Respecto a las posibles nominaciones de los premios que quedan en el calendario, casi todos (académicos, críticos, revistas especializadas…) pronostican la nominación a mejor película extranjera tanto en los Oscars, como en los Globos de oro o en los Bafta. Aunque también se está sopesando la posibilidad de que nominen a Banderas como mejor actor o al propio Almodóvar como mejor director o guion, en los premios mencionados antes.

Pero la pregunta importante que hay que plantearse es: ¿todos estos premios son merecidos? ¿Almodóvar ha realizado una nueva obra maestra? ¿La película es tan buena como dicen todos que es?

En mi opinión la obra no es que sea buena o no, sino que resulta una película cumbre en el cine del español, marcará un antes y un después. La película no es una simple ficción en la que se cuenta una historia que no ha ocurrido y que nosotros como espectadores la vemos, la oímos y la disfrutamos. La cinta es una declaración de intenciones, una operación a corazón abierto, quizás sea el Almodóvar más sincero porque nos revela sus miedos, sentimientos, dudas, emociones… son todas estas características la que hacen que la película sea única.

La cinta es una declaración de intenciones, una operación a corazón abierto, quizás sea el Almodóvar más sincero

Anclado en un posmodernismo evidente, es decir, la película es consciente de que es almodovariana porque cada plano es una exhibición de su estilo más depurado. Pero aun siendo esclavo de su propio mundo reconocible, la cinta se libera de las esposas sujetas al director para volar si sola y generar en el espectador un sentimiento de identificación.

Cuando se estrenó la película en España en abril, me hizo gracia ver que Carlos Boyero (reconocido crítico de cine) tuvo clemencia con el film, acostumbrado a lanzar dardos envenenados de la forma menos sutil posible al corazón del cineasta español.

La cinta se libera de las esposas sujetas al director para volar si sola

Yo creo que no habría que plantearse si los premios que reciba esta película son merecidos o no, sino que más bien habría que preguntarse si el público ha sabido valorar esta película y reflexionar acerca de la futura obra de Almodóvar, que a cada film que hace más cerca del final del túnel se encuentra.