Lo nuevo de Brisa Fenoy es la reivindicación que esperábamos

“He vivido toda mi vida desde el amor en un sistema de poder”. Así resume Brisa Fenoy  el hilo conductor de su álbum, Amor o poder. Se estrenó el 12 de marzo, convirtiéndose en el primer disco de la gaditana. 

Hace tres años que vive de su música, aunque se dio a conocer como la compositora de Lo malo. El tema, que revolucionó el verano y a punto estuvo de ir a Eurovisión, catapultó su proyección en España. Y no solo la suya, sino que las intérpretes escogidas para defender el tema, Aitana y Ana Guerra, consiguieron alcanzar el número uno de las listas gracias a la composición de Fenoy. 

Ella define su trabajo como “Mainstream con contenido”.  En él invita a vivir desde el amor y no desde el poder. “El mundo se divide en dos tipos de energía, modos de vida y vibración. Dos modos de vida opuestos. El amor es lo puro y lo sano, no juzgar y no envidiar. Dentro del poder está el ego, los condicionamientos, el sistema de competición” decía la cantante en un directo de Instagram. 

El disco está formado por 14 temas que la cantante y compositora ha ido publicando poco a poco . Cada uno de ellos reivindica sobre un aspecto diferente de la sociedad actual. Por ejemplo, Aroma habla del empoderamiento, de coger las riendas de tu vida. “El aroma que me provoca ser mejor que ayer, que me recuerda quién quiero ser”. Muévete es una incitación al activismo, anti racismo y la  movilización. “Apaga la tele y enciende tu voz” nos pide Fenoy. Serotonina relata una relación sana, Gula invita a luchar contra el cambio climático y Fábricas de Miedo critica el sensacionalismo de los medios de comunicación, la infoxicación y la manipulación. 

El título no es algo nuevo entre sus seguidores, como tampoco lo es el diseño. En 2019 publicó un libro homónimo donde ya desarrollaba este discurso al que ahora ha puesto música y ritmo. Brisa se sentía fuera de todo, se abrió en canal y contó sus traumas y malas experiencias del pasado, que le han llevado a dar forma a este álbum. 

Por encima de todo se niega a que la encasillen, en lo musical, lo profesional y lo personal. Entre sus letras podemos leer cómo las etiquetas que nos imponen nos dividen y nos enfrentan unos contra otros. Aunque tiene mucho de reggaeton, las canciones también tienen un eco electrónico y alternativo. 

Con sus letras también critica a la industria musical donde, dice, ha sufrido discriminación por ser mujer. La califica como una empresa que tan solo se mueve por poder y ambición. Ella, al parecer, viene a aportar un poco del “humanismo” que defiende.  También les dedica espacio a  los poderes opresores que imponen el ritmo del mundo.

Para triplicar el formato de Amor o Poder, el día 11 anunciaba su “Booklet audiovisual”. Es el sustituto al clásico libreto que se vendía con los CD. Además de contener las letras de las canciones, incluía contenido y declaraciones del autor del disco, que permitían conocerlo mejor. Con este formato, trata de  recuperar toda la parte que se perdió con el CD y traerlo al formato audiovisual.