La historia de ‘El limpiaparabrisas’ que cruzó el charco y volvió con una estatuilla

La pasada gala de Los Oscar se iniciaba para todos con un gran nerviosismo y orgullo patrio debido a las cuatro nominaciones españolas. Aunque la noche no acabó con victoria para Javier Bardem, Penélope Cruz o Alberto Iglesias, sí lo hizo para Alberto Mielgo que se alzó con la estatuilla a mejor corto de animación por «Limpiaparabrisas» (The Windshield Piper).

En esta ocasión, «El Limpiaparabrisas» de Mielgo competía con «Bestia», «Affairs of the Art», «Boxballet» y «Robin Robin». Todas estas apuestas conformaban un retrato de la nueva animación, que trasciende la producción infantil y muestra hasta dónde es capaz de llegar este género. Precisamente eso es lo que reivindicó el ganador en su discurso, la necesidad de ver la animación como una herramienta potente para contar historias.

El limpiaparabrisas muestra una radiografía del amor moderno en todas sus formas. El corto invita a reflexionar sobre la forma en la que vivimos el amor hoy en día y el valor que le aportamos a través de unas animaciones realistas y perfectamente logradas. De este modo Alberto Mielgo demuestra que la animación es una vía perfectamente válida y legítima para contar historias y conseguir resultados que transmitan mucho al espectador.

El reclamo de un mayor reconocimiento y valor para esta categoría llega además en medio del debate sobre el valor que se da a las distintas categorías en los premios. Este año, en pro de una supuesta agilidad se eliminaron 8 entregas de premios de la gala televisada. Una de las categorías que quedó fuera fue precisamente mejor corto de animación, que junto mejor banda sonora o mejor maquillaje y peluquería entre otras conformaban el grupo de los «excluidos».

En cualquier caso Mielgo, junto con el resto de nominados y compañeros de la industria están contribuyendo para demostrarle al mundo que la animación es mucho más que los dibujos que estamos acostumbrados a ver y que, con un respaldo de calidad, puede cambiar la percepción que tenemos del audiovisual.