El desfile bondage de Moschino sobre la pasarela de Milán

Moschino regresa a la Semana de la Moda Masculina en Milán de la mano de Jeremy Scott, tras dos años de ausencia en esta pasarela ha vuelto con su colección otoño/invierno 2018/19.

«Lo que me interesaba era el modo en que la moda masculina y la femenina podían coexistir», explicó Jeremy Scott en el backstage. A ritmo de la música de Michel Gaubert, Moschino quería liberar y estimular la dualidad de géneros.

 

El director creativo de la marca afirmó que «Quería jugar con la idea de mezclar lo masculino y lo femenino de una forma asertivamente subversiva», así que tomó como recurso la ropa masculina jugando con ella hasta darle ese aire de feminidad. Para ello ha tomado elementos como el tul, los estampados florales y el corsé que ha encajado a la perfección en los cuerpos atléticos de los modelos, no por ello han resultado menos masculinos. Un collage al más puro estilo DIY que ha resultado ser un gran acierto sobre la pasarela y que ha dejado clara su temática de oscuridad, sexo y poder.

Para la pre-colección femenina la lencería ha tenido mucho protagonismo junto a los trajes de caballero deconstruídos. Chaquetas oversize a rayas con hombros al descubierto que sujetaban tirantes de línea masculina, botas con cordones infinitas y mucho látex.

Una de las modelos se enfundó un mono de látex negro como segunda piel y encima vestía camisas, chaquetas o incluso una gabardina del mismo material.

Scott ha unido el hombre de negocios de inmutables códigos de vestuario con su lado más oscuro. Los trajes de chaqueta también se deconstruyen para ellos y deja al aire los hombros, o simplemente no llevan camisa. Además añade notas sujetas con imperdibles, donde se pueden leer palabras como «Boy», «Hot», «Bone»… Un toque punk al típico banquero aburrido.

Hombres con corbata de cuero, accesorios SM de cuero o látex como máscaras, gorras o botas moteras, guantes largos y corsés se apoderaron del desfile de la firma italiana junto a chicas sexys con botas interminables. Un ambiente bondage en un desfile que dejó claro que la creatividad del sucesor, Jeremy Scott, está en su máximo esplendor.