La industria del pop es una de las más pujantes dentro del ámbito musical. En un momento en el que la sociedad necesita estímulos constantes, es casi imposible sacar un single y no acompañarlo de un vídeo. Por ello, es importante recordar quiénes han sido los grandes referentes del mundo del videoclip. De Michael Jackson a Lady Gaga, las obras audiovisuales de estos artistas son auténticos logros y han marcado un antes y un después en la historia de la música. ¡No te los pierdas!
El Rey del Pop era imprescindible en esta lista. Michael Jackson es historia de la música y Thriller sigue siendo todo un referente. La obra, cercana más a lo cinematográfico, arrasó en cuanto salió y era, hasta el momento, el videoclip largo que se había hecho. Este terrorífico film es considerado el vídeo más importante de toda la cultura pop y con razón, pues su impacto fue tremendo y su calidad es innegable. Imposible no conocer la icónica coreografía.
La banda noruega a-ha consiguió un gran éxito con el tema Take On Me. Además, el videoclip fue toda una innovación, intercalando viñetas de cómic con fragmentos reales, para lo que utilizaron la técnica del rotoscopio. Esta creación recibió varios premios de la MTV, entre ellos el de vídeo más experimental y el de mejor vídeo conceptual.
Todo un grito a la igualdad, derribando todas las barreras. Madonna siempre ha sido una artista rebelde, rupturista y reivindicativa. Y así se muestra en este vídeo, en el que la Reina del Pop se acerca a la Iglesia para montar toda una fiesta. Imágenes de santos negros, que lloran sangre, que toman vida y que interactúan con la cantante en unas escenas altamente provocativas. Todo esto, junto a los bailes en medio de un descampado lleno de crucifijos ardiendo. Normal que hasta el Papa se quedase sin palabras.
No podía faltar este himno de toda una generación. Las Spice Girls son historia de la música y sus videoclips no pasaban desapercibidos. En Wannabe, la girl band hace gala de su faceta más juguetona y desenfadada, con bailes sencillos, pero efectivos y revolucionando a todo el que se les cruza. Además, es un plano secuencia, lo que le suma más mérito a su trabajo.
Britney fue la mayor estrella que dejaron los 2000. Ella fue una de las que abrió el camino para todas las divas de la actualidad, con unos videoclips con marca propia. En Oops!… I Did It Again, la estética galáctica acompaña esta historia de amor en la que la cantante se convierte en toda una femme fatale, con una coreografía de infarto. Ese icónico body rojo de vinilo se convirtió en toda una sensación.
Un fondo blanco, dos bailarinas y un body. Eso es todo lo que necesitó Beyoncé para reventar Internet en cuanto salió el vídeo de Single Ladies. Su brillante coreografía se convirtió en toda una sensación y no eras nadie en 2009 si no te la sabías perfecta. Todo un ejemplo de por qué la Queen B ha llegado tan alto, porque el talento no necesita grandes producciones.
Era imposible hacer esta lista y que no estuviese en ella la Mother Monster. Cualquiera de sus videoclips es digno de admiración, pero Bad romance marcó un antes y un después. La estética, los outfits, la historia, los bailes… ¡Todo! Imposible superar esos primeros planos cargados de emoción. Gaga canta, baila, actúa y crea. Es una todoterreno y todo lo que toca lo convierte en éxito.
Sin duda, la de los 2010 fue una década muy buena para la industria del pop. Uno de los videoclips más dulces y atrevidos de la época fue el de California Gurls. Es muy difícil olvidar el paseo al que nos lleva la cantante por ese mundo de caramelo, y hay que valorar todo el trabajo de producción y de postproducción que conlleva un vídeo de esta magnitud. Por supuesto, la coreografía también fue todo un must ese año.
Bangerz fue el disco más polémico de la cantante hasta el momento. Acostumbrados a ver a la dulce Hannah Montana en Disney Channel, este cambio radical de estética, de estilo y de personalidad no dejó indiferente a nadie. La gente se quedó con la parte más superficial, pero este videoclip está cargado de sentimiento. En él, Cyrus se muestra desnuda sobre una bola de demolición y lamiendo un martillo, todo ello para representar el dolor que le causó una relación amorosa con un final amargo y que todavía no había superado.
Cuando parecía que su carrera estaba hundida para siempre, Taylor Swift volvió a la música con más fuerza que nunca. En este videoclip, la cantante carga contra todos aquellos que la quisieron destruir y lo hace con incontables referencias a situaciones conocidas por todos sus seguidores. Se burla de ella misma, recogiendo los insultos que recibía en redes y entierra a la vieja Taylor para dar paso a una artista llena de rencor, que no tiene nada que ver con la joven estrella del pop que conocíamos.
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