Hay muchos que dicen que no hay nada más allá de la carne, pero Cristina Rodrigo, directora de ProVeg, no está de acuerdo. Por eso, y después de presentar su informe (Más allá de la carne) sobre la relación entre la alimentación de los españoles y la contaminación, hablamos con ella sobre el veganismo, la alimentación, las modas y sí, el mundo healthy.

¿Qué hay más allá de la carne? 

Un mundo entero de sabores, texturas y posibilidades culinarias. ‘Más allá de la carne’ se encuentra la base de cualquier alimentación saludable: las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales completos, semillas, etc. Más allá de la carne hay una alimentación ética y sostenible, que respeta nuestra salud, a los animales y al planeta. 

Hay quienes dicen que las personas que no comen carne carecen de nutrientes, ¿están en lo cierto? 

No. Una alimentación 100% vegetal es saludable en cualquier etapa de la vida. Así lo avalan importantes asociaciones de profesionales de la salud, como la Academia Americana de Nutrición y Dietética. 

Lo que no es saludable es comer más carne de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Según el MAPA, en España consumimos unos 46 kg por persona al año, más del doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

«Según el MAPA, en España consumimos unos 46 kg por persona al año, más del doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud»

¿Cómo podemos sustituir bien la carne sin necesidad de externos? 

Con proteína vegetal de calidad, como las legumbres. En España se debe fomentar más el consumo y la producción de legumbres. Hay muchos platos tradicionales de cuchara que incluyen legumbres y son 100% vegetales o fácilmente “veganizables”, como un caldo gallego, unas lentejas, un potaje, unas judías pintas…También podemos recurrir a patés a base de legumbres, como el ya famoso hummus, o a otros alimentos menos típicos de nuestra gastronomía pero muy saludables, como la quinoa. 

¿Qué es lo que la gente no sabe sobre el consumo de carne? 

Creo que en general hay mucho desconocimiento. La industria cárnica ha hecho muy bien el trabajo de hacernos desconectar el trozo de filete que comemos del animal que proviene. Afortunadamente, cada vez más gente conoce el impacto en el medio ambiente que tiene nuestro consumo de carne, así como las condiciones en las que malviven los animales que son explotados y sacrificados para consumo humano. Otros aspectos son todavía mucho más desconocidos, como las condiciones laborales de los trabajadores en mataderos o cómo afecta el gran consumo de carne a otros países del mundo, cuyas tierras son explotadas para alimentar al ganado. 

Quiero pensar que si todo el mundo fuera consciente del tremendo impacto que tiene el consumo de animales, no lo apoyarían. Aún hay mucha desinformación y es importante que la gente conozca lo que implican sus hábitos de consumo para poder elegir libremente qué deciden comer. 

«Ya no comemos cosas con carne, sino carne con cosas»

Entonces, y ya para dejarlo claro, ¿comemos más carne de la que se debería? 

Sin lugar a dudas. Ya no comemos cosas con carne, sino carne con cosas. No entendemos que en una de nuestras comidas diarias no haya algún producto de origen animal. Esto no solo es poco saludable, también es insostenible a nivel medioambiental. Y, por supuesto, tienen un gran impacto en la vida de millones de animales. 

¿En qué sentido?

En cuanto a vidas animales, cada año se sacrifican 76 mil millones de animales terrestres para alimentación (esta cifra no incluye peces). La cría y explotación de tantísimos animales tiene un impacto brutal en el medio ambiente. De hecho, la ganadería es culpable de alrededor del 16% de las emisiones de gases de efecto invernadero. 

A nivel salud, un consumo elevado de carne roja y procesada se relaciona con una mayor probabilidad de padecer cáncer de colón o diabetes tipo dos, así como enfermedades cardiovasculares. 

«Productos como el jamón serrano o el chorizo son “marca España”. Por eso no es de extrañar que seamos el mayor productor de cerdos de Europa y el tercer mayor productor del mundo»

España es uno de los países de los cuatro países del mediterraneo con mayor impacto medioambiental… ¡Relacionado con la alimentación! ¿A qué se debe? 

Probablemente al hecho de que en las últimas décadas hemos ido incorporando cada vez más carne a nuestra alimentación. La carne ya está muy ligada a nuestra gastronomía. Productos como el jamón serrano o el chorizo son “marca España”. Por eso no es de extrañar que seamos el mayor productor de cerdos de Europa y el tercer mayor productor del mundo. 

Pero no somos consciente de las consecuencias que tiene esto. Por ejemplo, las macro granjas de cerdos están generando graves problemas en comunidades como Cataluña, donde cerca del 40% de los acuíferos están contaminados a causa de los purines. 

Una semana sin consumir productos de origen animal supondría evitar las emisiones que se generan al conducir 100 km. Además, podría evitar un desperdicio de agua similar a tirar 500 veces de la cadena y preservar 40 m2de bosque… ¿Por qué la gente no sabe esto?

Yo creo que aún no somos conscientes en general del impacto de nuestro consumo. Y menos aún del impacto de nuestra alimentación. Por eso, desde ProVeg una de nuestras labores es concienciar a la sociedad e intentar hacer llegar esta información al público general. Este es uno de los motivos por los que realizamos nuestro informe «Más allá de la carne» y por el que hacemos campañas como nuestro Veggie Challenge, que ayuda a la gente a optar por alternativas vegetales a los productos animales. 

«Tenemos menos de 10 años para frenar el daño que le hemos hecho al planeta o no habrá vuelta atrás»

Dices que estamos en un punto crítico, ¿por qué? 

Porque tenemos menos de 10 años para frenar el daño que le hemos hecho al planeta o no habrá vuelta atrás. La Tierra como la conocemos hoy en día está abocada a su fin. 

Estamos en tiempo de descuento para limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 1,5 grados centígrados. Según el IPCC, actualmente vamos camino de un aumento de 3 °C, muy por encima del máximo de 2 °C contemplado por los Acuerdos de París sobre cambio climático. El IPCC también afirma que si se quiere cumplir la meta del 1,5 hay que disminuir las emisiones de CO2 en un 45% para el año 2030. 

¿Y cómo podríamos solucionarlo? 

Una de las medidas que el IPCC sugiere para lograr que este aumento de temperatura no supere los 1,5 C es consumir menos productos lácteos y carne y apostar por alimentos locales y de temporada. Además, intentar evitar viajes en avión (sobre todo transatlánticos) y utilizar alternativas más sostenibles como el tren o el transporte público en vez del coche. 

«Una de las medidas que el IPCC sugiere para lograr que este aumento de temperatura no supere los 1,5 C es consumir menos productos lácteos y carne»

¿Crees que el vegetarianismo y/o el veganismo surge como una tendencia o como una necesidad? 

Es una necesidad de cambio, una respuesta a un mundo que se desmorona y que necesita un cambio urgente si quiere garantizar su supervivencia. 

A estas alturas, ya es imposible no preguntarte… ¿Comes carne? 

No. Hace 10 años que no como animales. 

¿Cuál es tu plato favorito? 

Creo que no puedo elegir solo uno, me gusta demasiado comer. Pero mi madre hace un potaje gallego con grelos y garbanzos que me encanta comer en invierno y me recuerda a mi infancia. En general amo las legumbres, sobre todo los garbanzos, en todas sus formas. Además soy muy golosa y me encanta disfrutar de un buen tiramisú vegano. También soy muy fan de los donuts 100% vegetales y en Madrid tenemos la suerte de contar con varios cafés en los que los hacen deliciosos. 

¿Cómo puede la gente reducir poco a poco su consumo de carne? 

Se puede empezar por un día a la semana 100% vegetal. O, más fácil, por elegir cada día una comida en la que reemplacemos la proteína animal por la vegetal. Al principio puede resultar útil utilizar sustitutos de la carne, por ejemplo en vez de comer una hamburguesa de carne con ensalada y patatas, comes un hamburguesa vegana con hamburguesa y patatas. También cambiando los productos lácteos, como leche y yogures, por alternativas vegetales, que son muy fáciles de encontrar en cualquier supermercado. Otros cambios aún más sencillos son hacer platos típicos, como potajes o arroces, quitando los ingredientes animales y sustituyéndolo por alguno de origen vegetal. 

Para todas las personas que se planteen un cambio de alimentación, y quieren aprender trucos y recetas, así como recibir el apoyo de un nutricionista, pueden apuntarse al Veggie Challenge de ProVeg, completamente gratuito, de 30 días de duración: https://proveg.com/es/veggie-challenge/