Cómo llevar vestidos cuando hace (mucho) frío

Cuando bajan las temperaturas, se acentúa la eterna duda: ¿qué me pongo? Salir de casa nos cuesta más trabajo y cuando lo hacemos, tenemos la sensación de ir siempre vestidas igual, porque solo nos fijamos en las prendas más cálidas de nuestro armario. La combinación de pantalones y jersey es muy socorrida, pero no es la única con la que estar calentitas. 

Los vestidos son femeninos y, si sabes cómo combinarlos para no pasar frío, nos ofrecen looks de lo más versátiles, cómodos y socorridos también durante los meses de invierno. Olvida la creencia de que los vestidos son solo para el verano y sácales el máximo partido a lo largo de todo el año. ¡Toma nota!

Vestido con jersey de cuello alto

Uno de los mejores trucos para no pasar frío con un vestido en invierno. Los jerséis de cuello alto pegados al cuerpo permiten llevar una segunda piel y crear un efecto doble capa que protege de las bajas temperaturas incluso con vestidos de manga corta. Elige un jersey a juego con los colores del vestido para conseguir un look más sobrio o en un tono que contraste si buscas algo más atrevido.

Vestido con cárdigan

Las chaquetas de punto son una de las prendas más cómodas para llevar con un vestido. Abrochadas o abiertas, permiten jugar con los cambios de temperatura durante el día. Escoge un cárdigan largo con efecto abrigo para los minivestidos o una chaqueta cropped para los vestidos midi.

Vestido con botas altas

Las botas altas son un básico del invierno que nos permiten mantenernos calentitas. De tacón, con plataforma o planas, llévalas con vestido en todo tipo de ocasiones.¿Quieres un consejo? Elige medias tupidas del mismo color que las botas cuando las combines con vestidos cortos para conseguir un extra de calor.

Vestido con complementos invernales

Tanto si llevas jersey o una chaqueta con tu vestido de invierno, escoger complementos que abriguen es un plus en los días más fríos. Maxibufandas con las que envolverte o gorros de lana te ofrecen un plus de comodidad y calidez que agradecerás cuando las temperaturas se desplomen sin tener que renunciar a llevar tu vestido favorito.