Borja González ha conseguido lo que muy pocos logran: ganar una edición tan exigente como Supervivientes 2025 y, al mismo tiempo, meterse en el bolsillo al gran público. El valenciano de 31 años, que se dio a conocer hace apenas un par de años en La Isla de las Tentaciones, ha demostrado que detrás de su físico atlético hay una historia de esfuerzo, disciplina y también de superación personal.
Natural de Benetússer (Valencia), Borja siempre ha estado ligado al trabajo duro. Durante más de siete años formó parte del Ejército, una etapa que, según él mismo ha contado, le dio estructura, capacidad de resistencia y un fuerte sentido del deber. Pero su currículum va mucho más allá del uniforme militar: ha trabajado como nutricionista deportivo, entrenador personal, camarero, portero de discoteca e incluso como auxiliar de seguridad en conciertos. Asegura con orgullo que nunca ha estado en el paro.
Su salto a la televisión se produjo en 2023, cuando decidió poner a prueba su relación con Ana Solma en La Isla de las Tentaciones 7. Contra todo pronóstico, la pareja no solo resistió la experiencia, sino que salió reforzada. Meses después anunciaron que estaban esperando un hijo, y en poco tiempo se convirtieron en una de las parejas más queridas por el público. Hoy son padres de Luca y comparten su día a día en redes sociales, donde ambos suman más de medio millón de seguidores.
Borja, que ha demostrado tener una gran capacidad de comunicación, también ha hecho carrera como creador de contenido, colaborando con marcas como Amazon, Nivea o Heineken. Pero su lado más comprometido salió a relucir cuando su localidad se vio gravemente afectada por una DANA en octubre de 2024. Él y Ana no dudaron en ayudar a sus vecinos y utilizar sus plataformas para visibilizar los daños. Perdieron su coche en las inundaciones, aunque, afortunadamente, su casa quedó intacta.
Con ese espíritu solidario fue con el que llegó a Supervivientes, con la bandera valenciana bien presente desde el primer momento. A pesar de su buena forma física, Borja admitía antes de empezar que no sabía si estaba mentalmente preparado. Lo cierto es que durante los 104 días de concurso, se enfrentó a todo tipo de adversidades: hambre, clima extremo, aislamiento… y también una fuerte crisis sentimental. Diez días antes de partir a Honduras, confesó que había propuesto a Ana poner punto final a la relación durante un viaje a París.
Sin embargo, el Borja que volvió no es el mismo que se fue. La experiencia lo transformó y lo hizo más fuerte, más reflexivo y más agradecido. Su estrategia en el concurso fue inteligente y, en ocasiones, hasta generosa: incluso se dejó ganar en pruebas para que otros compañeros brillaran. Finalmente, se impuso en una final muy reñida frente a Álvaro Escassi y José Carlos Montoya, llevándose los 200.000 euros del premio.
¿Y ahora qué? Borja tiene claro que su prioridad es su familia. Piensa invertir parte del premio en un coche nuevo y en una casa donde crecer con Ana y Luca. De momento, ha descartado seguir encadenando realities —aunque el mundo de la televisión no le cierra puertas— y no descarta explorar nuevos formatos, quizá ligados al deporte o al entretenimiento.
Lo que está claro es que Borja González no es solo el ganador de Supervivientes 2025, sino alguien que ha sabido construir una historia de verdad: la de alguien que lucha, cae, se levanta… y gana.